Me encantan las sorpresas, no saber que va a pasar, quienes estarán o que harás, todo eso que viene incluido es muy emocionante. Sé que seguramente para algunas es lo contrario, prefieren conocer desde antes lo que va a suceder y estar prevenidas de lo que harán.
Hay muchos tipos de sorpresas, las más comunes por así decirlo, son las de cumpleaños, se piensan desde un tiempito antes, se contacta a los amigos y familiares para cuadrar hora, lugar y todo lo que sigue antes de la fecha especial del cumpleañero. Luego están las sorpresas de aniversarios y de celebraciones, por un aumento de sueldo, un carro nuevo, un viaje, entre tantas otras que cada pareja pensará.
La cosa es que las sorpresas no solo se deben guardar para ser “usadas” en fechas especiales, las típicas anuales.
Más bien inventarse una sorpresa en un día inesperado de la semana, es más creativa que cualquier otra, además de divertida. No tiene que ser necesariamente un mega plan donde gastes mucho dinero e inviertas horas planeando, para nada, puedes hacerlo muy casero y con tu toque especial.
Te doy una idea, llegas más temprano del trabajo, lo esperas en casa con las luces apagadas (puedes colocar un par de velas), preparas o compras un rico postre el que más le guste, colocas música como para un baile romántico en medio de la sala, pero no la prendes sino justo antes de que abra la puerta al llegar, cuando este por entrar tomas su maletín o chaqueta, lo que lleve y lo dejas a un lado. Lo tomas de la mano indicándole el lugar y comienzas el baile romántico, luego pueden comer el postre y conversar un rato. Tomándose un tiempo para relajarse después de un día de trabajo.
Es una sorpresa sencilla pero muy agradable tanto para tu esposo como para ti. Recuerda que muchas veces la semana se vuelve pesada en el trabajo y tener un descanso en donde los dos puedan permitirse un tiempo de relax juntos es algo único. Dejará a un lado todo lo que preocupa y dará la libertad de descansar y divertirse.
Piensa en otras tantas sorpresitas que puedes crear en casa o en otro lugar que se te ocurra, y no esperes a que llegue la fecha típica para sorprenderlo.