Mi suegra me dijo “la boda es un día, luego viene lo bueno”, estaba en lo cierto. Tardamos meses organizando nuestra boda y como habrás escuchado de otros se paso rapidísimo, lo disfrute un montón, sí, pero fueron solo unas horas de felicidad.
Después de toda esa planeación, en un abrir y cerrar de ojos, ya estábamos terminando los días en nuestra luna de miel. Fue totalmente nuevo el hecho de estar solos y pensar que ya había comenzado todo.
Te digo esto porque es importante luego de toda la celebración, tener un momento para reflexionar, para hablar los dos, y contar como se sienten, que expectativas tienen, que piensan en general de este nuevo camino. Pueden orar juntos, creo que es una de las cosas que empezarán hacer mucho más a menudo de lo que piensas y es un acto tan cercano con nuestro Dios como lo es con tu esposo.
Los primeros días en tu nueva casa, serán totalmente sensacionales y divertidos. Una amiga que lleva cinco años casada me comentó una vez que en su primer día en casa, fueron al supermercado y compraron tanta comida, como ella solía comprar junto con su mamá para su familia de cinco personas, ya te imaginarás toda esa comida solo para dos personas, fue demasiada. Pero eso les enseño como debían hacer las compras para ellos dos. Ese es un ejemplo de lo geniales que van a ser sus primeros días juntos.
Ten presente tener un tiempo para esos primeros días en tu nuevo hogar, si estás trabajando pide en lo posible unos días o trata de que sea un fin de semana o que tengas la tarde libre, para que junto con tu esposo puedan pasar esos primeros momentos en casa juntos, donde se dan cuentan que deben cerrar más la llave de la ducha, o que deben bajar la basura a una hora especifica o tantas otras cosas que irán aprendiendo.
Recuerda siempre disfrutar al máximo cada situación junto a tu esposo, es algo realmente genial ir a la cama juntos y despertar al lado del hombre que tanto amas.
Para Toda Tu Vida 