Tomar fotos ha sido uno de mis hobbies, aunque no soy experta, creo que me defiendo. Tenía ya la fama entre nuestros amigos de tomar muchas fotos de todo, todo es todo.
La cosa es que, al casarme estaba tan emocionada de que pudiéramos empezar por fin -después de tanta espera- a vivir juntos ¡Los dos solitos! que de todo lo que vivíamos empezaba a tomar fotos.
No sé si eres amante de la fotografía o por el contrario no dejas que se te acerquen con una cámara. Pero te puedo asegurar que esas fotos hablan más que mil palabras.
Lo que hice fue hacer fotos de lo que íbamos viviendo, por ejemplo detalles, de nuestra pequeña mudanza a nuestro departamento, cargando esas cajitas con nuestras pertenencias hacia nuestro nuevo hogar.
O la vez que pintamos las paredes de los colores que nos había tomado tanto tiempo escoger; verlas, hace recordar esos lindos momentos, cuando nos molestábamos con la brocha en la mano llena de pintura.
Puedes hacer tu propio orden o clasificación de las fotos, imprimirlas, hacer un álbum, pegarlas en la nevera, en la pared, lo que se te ocurra será una excelente idea.
Imagínate viendo esas fotos tan chistosas y lindas, en diez años más tarde, seguramente será una experiencia inolvidable.