Llevo mes y medio viajando como mochilera por Sur América junto con mi esposo. Nuestra meta es visitar ocho países en dos meses y medio. Conocer personas, lugares, probar comidas y dormir en sitios diferentes es toda una experiencia de vida.
Dicen que viajando puedes llegar a conocerte mas como persona, por el hecho de vivir situaciones distintas a lo cotidiano, pues, ha llegado a cumplirse conmigo.
Mi esposo y yo somos diferentes en muchas cosas, por supuesto, pero hay una en especial que se destaca y que en este viaje se noto. Él tiende siempre a pensar lo mejor en todas las situaciones, a tener esperanza cuando no se ve ninguna y a ver lo positivo en cada momento.
Yo en cambio soy todo lo contrario me cuesta mucho ver el vaso lleno, y cuando sucede algo tiendo a pesar inmediatamente en lo peor que puede pasar.
Esta no fue la excepción, son varios los momentos pero recuerdo que estábamos en el aeropuerto de Atacama Chile, acabábamos de llegar a la ciudad en bus. Mi esposo pregunta por el IPad mientras busca en la maleta y en pocos segundos ya estaba pensando en lo peor, le dije: ¡no, lo dejaste en el bus cuando escuchabas música! Y en ese instante lo saca del bolso y me mira diciendo, sacas conclusiones muy rápido no?
Waoo! Me quede pensando en eso y me di cuenta que muchas somos así, empezamos a pensar en mil cosas que supuestamente están sucediendo en nuestra relación o con nuestra pareja y en realidad son solo pensamientos.
Llegue a la conclusión de que pensar en que hay esperanza aun cuando no la veamos es lo mejor que puedes hacer. Significa estar relajada, confiando en que va pasar algo bueno. Esto cambia totalmente la forma en que ves las cosas, comienzas a disfrutar los detalles y lo que sucede.
Esto me paso cuando estábamos en Puno Perú, llegamos muy cansados, un taxi nos llevo al hotel, entramos, dormimos y no salimos hasta la hora del almuerzo. Recorrimos la ciudad y cuando quisimos regresar nos dimos cuenta de que no teníamos ni idea de donde quedaba el hotel, no tomamos una tarjeta o algo de información.
En este momento yo hubiese tomado una actitud diferente de drama y desespero pensando lo peor, pero puse en practica lo que Jorge hace, me relaje y juntos resolvimos el problema recordando por donde habíamos caminado y lugares de referencia.
Evitemos malos ratos, tratemos de pensar en lo mejor, en lo bueno, no nos preocupemos por bobadas que llegan a nuestra cabeza y nos quitan hasta el sueño. Pensemos en la realidad y si estamos pensando en algo preguntemos, puede que la respuesta sea algo muy diferente a lo que se nos ocurrió antes.